En críticas condiciones malvive la joven de 28 años de edad Yamilka Abascal, madre de tres niños menores y esposa del activista de derechos humanos y preso político Rolando Casares.
Yamilka vive junto a sus hijos Cristian David Moreno Abascal de 7 años y Jose Alejandro Casares Abascal de 9 meses, asmático. Su otra hija, Jennifer Casares Abascal de 2 años, es alérgica a la húmedad y al polvo y no puede vivir a su lado ya que las condiciones de la vivienda atentan contra su salud.
No disponen de agua potable, las paredes de madera están podridas, algunas con peligro de derrumbe, el piso está deteriorado -algunas partes en la tierra-, cuando llueve se mojan todas sus pertenencias (ropa y muebles), manteniéndose húmedas por prolongados días, no tiene baño ni servicio sanitario, no cuenta con cocina, solo un lugar habilitado para su uso. Esto lo agrava el no disponer de ningún recurso económico, ni un empleo para percibir un salario.
No la aceptan en ningún empleo por ser opositora política. Por este motivo también le niegan el amparo y el derecho a acogerse a las políticas se seguridad social, educacional y de vivienda, lo que quebranta sus derechos.
Estos niños junto a sus padres corren la desdicha y el sufrimiento de ser discriminados y mal vistos por el gobierno e instituciones subordinadas; por proclamar sus ideas por la libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos, por ser opositores al régimen dictador castrista y la lucha por el cambio a la democracia.
Lo que implica no contar con el amparo gubernamental que la Declaración Universal de los Derechos Humanos y hasta la propia Constitución de la república cubana les ofrece de forma natural.
Pinar del Río, 2 de enero del 2018.
Grupo de trabajo del OCDH en Pinar del Rio, Cuba.
