Bogotá, 29 de octubre de 2024
Un informe del Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) criticó este martes al Gobierno de Cuba por incumplir los objetivos del Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2015-2024) y las recomendaciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas (CERD).
Además, la organización internacional denunció el incremento de la represión y la extrema pobreza que afecta principalmente a las personas afrocubanas.
En un análisis conjunto con el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), el documento expone la situación de las personas defensoras de los derechos de la población afrocubana, la discriminación racial, el acceso a la justicia, el uso excesivo de la fuerza, los estereotipos raciales, y la falta de reconocimiento de este tipo de violencias por parte del Estado, todas recomendaciones del CERD.
“Cuba, al igual que la mayoría de los países de América Latina, han hecho muy poco durante el decenio. No han habido planes que permitan crear políticas públicas diferenciadas. En el caso de la Isla, hay un problema particular, y es que ellos niegan la discriminación racial. Entonces el gobierno, al negar la discriminación racial, evidentemente no plantea la necesidad de tener políticas públicas diferenciadas”, dijo Carlos Quesada, director de Raza e Igualdad.
Las cifras de los dos últimos estudios del OCDH sobre los derechos sociales revelan cómo el racismo estructural en Cuba ha impedido que la población afrocubana pueda ascender o acceder a una escala social un poco más alta, incluyendo, por ejemplo, el motor de la economía nacional, que es el turismo. “Cuba, en materia de lucha contra la discriminación racial se encuentra por lo menos 70 años atrás de todos los países de América Latina, incluyendo Estados Unidos”, agregó Quesada.
Los hallazgos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos demuestran que las personas afro en Cuba tienen mayores dificultades para encontrar un empleo, alimentarse, acceder a agua potable, y poseer una vivienda digna, en comparación con otros grupos poblacionales de este mismo país. Por ejemplo, ocho de cada 10 afrodescendientes afirmaron que habían dejado de desayunar, almorzar o cenar, situación que afectó a siete de cada 10 personas blancas o mestizas.
La organización Cubalex reveló que los y las afrocubanas condenadas por participar en las históricas y multitudinarias protestas del 11 de julio de 2021, habían recibido sentencias más severas, en comparación con las personas blancas que salieron a las calles a exigir sus derechos.
“Desde Raza e Igualdad hacemos eco de los hallazgos que revelan el racismo y la discriminación estructural en Cuba, y solicitamos que el Estado cubano reconozca estas desigualdades, impulse acciones que permitan el autorreconocimiento de las personas afrodescendientes, y cree políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de esta población, y a combatir la pobreza, la exclusión social y la marginación, que afectan de manera desproporcionada a las personas afrocubanas”, exigió la organización internacional.