– Su detención fue «contraria» a los artículos 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, según el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas.
– El órgano de la ONU pide al Gobierno cubano que le «conceda una reparación adecuada».
– El Observatorio Cubano de Derechos Humanos exige su inmediata liberación, ya que actualmente permanece bajo «licencia extrapenal».
Madrid, 16 de octubre de 2018
El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, de Naciones Unidas, consideró «arbitraria» la privación de libertad del científico cubano Ariel Ruiz Urquiola, por ser «contraria» a los artículos 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El documento de la ONU, que será publicado íntegramente en las próximas semanas, solicita al Gobierno de Cuba que «adopte las medidas necesarias para remediar la situación» de Ruiz Urquiola, «sin dilación», y exige que sea «en conformidad con las normas internacionales pertinentes».
En respuesta a una denuncia interpuesta por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) sobre el caso, el Grupo de Trabajo de la ONU pidió al Gobierno cubano que le «conceda una reparación adecuada al señor Ruiz Urquiola, incluida su liberación incondicional inmediata».
«El Grupo de Trabajo considera que, teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, y conforme al derecho internacional aplicable, las víctimas de una detención arbitraria tienen derecho a buscar y obtener reparaciones del Estado, lo que incluye restitución, compensación, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición», explica el documento enviado al OCDH, cuya copia ya fue entregada al Gobierno cubano.
En cuanto a los procedimientos de seguimiento, el órgano de Naciones Unidas solicita al OCDH y al Gobierno de Cuba que, en un plazo de seis meses, le informen sobre:
a) Si se ha garantizado la libertad incondicional de Ruiz Urquiola
b) Si se han concedido indemnizaciones u otras reparaciones
c) Si se ha investigado la violación de sus derechos
d) Si se han aprobado enmiendas legislativas o modificaciones para armonizar las leyes y las prácticas del Gobierno con sus obligaciones internacionales.
«Es una decisión contundente, que no deja la menor duda sobre la injusticia que se cometió contra el Dr. Ruiz Urquiola. Agradecemos a los abogados que apoyaron a nuestro equipo legal en este caso. Ahora le toca al gobierno cubano acatar las recomendaciones que le hace la ONU», afirmó Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Por su parte, el Dr. Ruiz Urquiola envió un mensaje a través del OCDH al conocer la decisión de la ONU: «Este gobierno no tiene cómo compensar todo el daño que me ha hecho, desde botarme de la Universidad de La Habana -que ha sido una arbitrariedad- hasta todo lo que ha hecho ahora».
Ruiz Urquiola ahora se encuentra en Viñales (Pinar del Río), pero la Seguridad del Estado le está presionando para que regrese a La Habana (tiene prohibido salir de la capital), bajo amenaza de que una jueza puede decretar su detención. «Voy a hacer mi vida como un ser social y honesto, que es lo que yo soy», dijo este lunes al OCDH.
El biólogo fue condenado a un año de cárcel por un tribunal que le acusó de «desacato», figura utilizada por el Gobierno cubano para encarcelar a activistas y opositores. El científico había denunciado en un video la estrategia de la Seguridad del Estado para destruir el proyecto ecológico que desarrolla en sus tierras, en Pinar del Río (Cuba). Fue excarcelado en julio pasado bajo «licencia extrapenal» y declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional.
Antes de la condena estuvo detenido varios días en una estación de policía. Desde 2003, tanto él como su familia han sufrido varios actos represivos, incluyendo una intensa campaña de desprestigio profesional y de acoso laboral y policial.
En la denuncia presentada por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos ante el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, Ariel Ruiz Urquiola detalló las motivaciones del gobierno, que tienen su origen en discrepancias políticas.
