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“No entendemos que el Gobierno de Cuba esté abandonando la política represiva, sino todo lo contrario”

Madrid, Congreso de los Diputados, 24 de octubre de 2017

Me gustaría empezar mi intervención con un recuerdo.

Un recuerdo a las Damas de Blanco, acosadas cuando no arrestadas todos los domingos en La Habana; a mi amiga Joani Sánchez, valerosa periodista a quien se le dificulta permanentemente su trabajo de informar y de opinar; a mi amigo Regis Iglesias, exilado político; a mi amigo Dagoberto Valdés, líder de la sociedad civil; a mi amigo Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de DDHH y Reconciliación; a mi amigo José Daniel Ferrer, presidente de la Unión Patriótica Cubana; un recuerdo, emocionado, a Oswaldo Payá, premio Sajarov del PE y líder del MCL, presuntamente asesinado por el régimen castrista que no ha sido sino la historia de la opresión contra todo un pueblo durante casi 60 años.

Y un recuerdo a Eduardo Cardet, este sí, preso político, que cumple pena de prisión por afirmar que Fidel Castro había sido rechazado por el pueblo cubano.

Como todos ustedes saben nuestro grupo parlamentario y nuestro partido están a favor del libre comercio. Pero están también a favor de los DDHH y del estado de derecho, dos conceptos (libre comercio y DDHH) que deberían ir siempre de la mano, porque un estado de derecho que ampara y garantiza los DDHH es el mejor amparo y garantía del comercio.

Y los DDHH no han avanzado un ápice en la isla de Cuba.

3.787 detenciones documentadas por la OCDH, a lo largo de este año. 3.787 losas que pesan sobre un régimen incapaz de cambiar, de abrirse, de aceptar que el disidente no es un delincuente sino un ciudadano.

Por eso, y de acuerdo con lo que defendió en su día la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, nuestro grupo se va abstener en esta votación. Porque no entendemos que el Gobierno de Cuba esté abandonando la política represiva, sino todo lo contrario. Y, debo decir también, que no es tampoco un país abierto a la economía privada, a la competencia, a la libertad de mercado.

Porque lo que ha afirmado la Alta Representante, Federica Mogherini, que con este acuerdo “se apoya el proceso de modernización económica y social de Cuba” no pasa de ser un desiderátum, una posibilidad que no está confirmada por la realidad.

Porque la realidad nos dice cosas muy distintas.

Porque en Cuba, las libertades económicas, junto con las libertades civiles y los DDHH están siendo permanentemente conculcadas.

Sirvan estas palabras para marcar una posición de distancia, de crítica, a un acuerdo que nos parece que no ha reparado lo suficiente en la dictadura económica y política que es Cuba.

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Un comentario

  1. Excelentísimo Sr. Fernando Maura
    Complace enormemente conocer de su intervención en el Congreso de los Diputados del 24 de octubre de los corrientes en Madrid. Tantos mis amigos en Suecia y en Europa, como yo, apoyamos plenamente todos sus argumentos sobre la política cubana, que es aún más represiva. Lo único que ha cambiado han sido los modos operando del sistema ante una pobre conexión de Internet que permite la labor de periodistas independientes y del Observatorio Cubano de DH y la intervención directa de opositores en el extranjero antes gobiernos, parlamentarios e instituciones, que han permitido que hoy en el mundo tengamos una información más exacta y auténtica del acontecer cubano.

    Como bien usted dice no puede haber libre comercio sin garantías a los DDHH. El Estado de Derecho de una nación, la Democracia y los Derechos Civiles son partes inseparables de los factores que contribuyen al desarrollo económico de una nación. Sin auditorías financieras y operativas independientes e instituciones que velen por la aplicación correcta de las leyes y los derechos de los ciudadanos no puede existir desarrollo. Cuando el Poder está en mano de una persona, familia o grupo, que a su antojo deciden qué hacer con el pueblo, no puede haber desarrollo. Este es el BLOQUEO que afrontamos. Una relación comercial sin acuerdo políticos con Cuba no va a facilitar un desarrollo, porque además todo está institucionalizado y controlado por las fuerzas militares. Además, el gobierno ha dejado claro que detesta la economía de mercado. Sueñan ilusionadamente los políticos que piensan que las relaciones ambiguas son el mejor camino. Hay que empoderar al Pueblo y no al Régimen. La política actual de los EEUU tiene efectos positivos, en lo esencial no permitirle al gobierno empoderarse. Es no hacer lo que hizo el anterior gobierno de Obama; quedó demostrado dos años después de la apertura, que Cuba en lugar de mejorar había empeorado. El gobierno estadounidense ha remarcado su voluntad de hacer negocios y comercio con el sector privado, sector que está siendo reprimido nuevamente como en los años anteriores a la apertura cosmética del régimen de Raúl Castro.

    Algunos políticos de la UE, de naciones con democracia en el mundo y entre ellos los de España, mantienen una actitud silenciosa y de complicidad con unos de los gobiernos más represivos y de mayor duración en el mundo contemporáneo. Son cómplices de los arrestos injustificados, maltratos, persecuciones, encarcelaciones, humillaciones a familiares de la oposición, así como del empobrecimiento de un Pueblo, de un gobierno que exporta y subvenciona las revoluciones como es el caso de Venezuela. Cuál es la diferencia entre un dictador como lo fue Pinochet o los hermanos Castro. El costo es mayor para la humanidad cuando la gran mayoría de los países democráticos no se unen en una política común que rechace a ese régimen que se llama Castro. Lo único que cambió fue el nombre del dirigente. A Raúl Castro y sus cómplices de la tiranía se le debe juzgar en los tribunales internacionales de La Haya por crímenes.

    Como bien usted menciona en la introducción de su intervención, porque es merecedor recordarles a todos los políticos de una nación democrática, de los abusos frecuentes a las Damas de Blanca en la Isla, de los atropellos y abusos contra la labor encomiable de la UNPACU, de las represalias y arresto contra el Premio Andrei Sajarov -Guillermo Fariñas, MLC, Convivencia, a los líderes de la sociedad civil y a otros destacados líderes como Jorge Luis Antúnez.