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Las condiciones de vida en Cuba son totalmente míseras

Juan Juan Hernández Treche tiene 65 años de edad, fue trabajador del sector estatal desde sus 16 años, laborando ininterrumpidamente todo sus años en diferentes empresas, hasta que a sus 63 años, trabajando en un silo cemento como estibador de un centro de producción de la Empresa provincial de Construcción Civil, se enfermó de los pulmones, siendo provocada dicha enfermedad por las malas condiciones laborales, diagnosticada y abalada por un especialista (neumólogo), quien lo incapacitó de ejercer labor alguna ni podía continuar trabajando, ante esto la dirección de la empresa  estaba responsabilizada de ampararlo y tramitar su peritaje o jubilación, no siendo así, quebrantando sus derechos  lo sacó para su casa sin salario ni amparo económico.

Motivos por lo que ya en dos año ha tenido que subsistir junto a su esposa con las ayudas de vecinos y amigos, cocinar con leña, no tienen equipos electrodomésticos, sin dinero, ni para comprar el pan diario que solo cuesta 0.05 centavos,  las condiciones de la casa cada día son peores, al punto de hoy estar con peligro de derrumbe y cobrar sus vidas, el piso es de tierra, se moja cuando llueve y ha deteriorado sus pocas pertenencias. Por todos estos motivos han solicitado ayuda a las entidades donde ha trabajado y le ignoran sus peticiones y necesidades. Estos observadores, abogados independientes y defensores del pueblo exigieron el inmediato amparo y atención de este señor y esposa.

El Señor Alberto Silveira Rivera vive en el municipio y provincia de Pinar del Rio. Durante su vida ha trabajado en diferentes empresas estatales como el Combinado Avícola Nacional en este municipio, la empresa de Alimentación Publica, y Provari Subordinada al Ministerio del interior, (MININT) esto hasta sus 61 años de edad, que decidió darse un descanso en su vida laboral y sus 63 años sufrió un infarto cerebral, el cual le dejo secuelas en un lado del cuerpo y los miembros inferiores, perdida de sensibilidad total,  estando incapacitado para ejercer trabajo, esfuerzos físicos y vida laboral, no puede caminar solo estar sentado todo el tiempo en una silla de ruedas, apenas puede hablar.

Vive solo sin hijos, en un local sin puertas ni ventanas, sin techo, sin agua potable, sin servicios sanitarios, sin luz eléctrica, toda esta vivienda se resume en una ruina.

No percibe entrada económica para satisfacer sus necesidades alimenticias, por motivos de sus enfermedades consume diariamente unos 4 medicamentos como son captopril, aspirina, clortalidona, clopidogrel-75, los que tienen un valor monetario para adquirirlos, para los cuales depende de la ayuda de amistades vecinos y su madre Paula, anciana y que gracias a Dios está viva y dedica su tiempo a cuidarlo, la misma no recibe tampoco entrada monetaria, tiene que pagar mensualmente el alquiler de la silla de rueda, cada día se deterioran sus deprimentes vidas. Estos señores han solicitado se les reconozcan sus años de trabajo y su aporte para la seguridad social que por todos los meses de labor han ingresado al presupuesto del Ministerio de Trabajo y seguridad social, los que no han recibido ayuda y solo se han sentido engañados y estafados en sus años de servicios y trabajo con el Estado cubano.

Ante las presentaciones se evidenciaron las graves violaciones de sus derechos económicos y laborales, también de no tener una vida ni vivienda digna como así exige la declaración universal de los derechos humanos y la constitución de la república. Por lo cual la dirección de seguridad social provincial se comprometió e inicio los trámites para ayudar y amparar estos casos.

Por: Rigoberto Gonzales Vigoa, Lázaro Luis Ruiz Echevarría, José Ernesto Morales Estrada, Observadores del OCDH.

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