El mal funcionamiento de las oficinas de la Western Unión en La Habana ya se ha hecho público en diversas ocasiones, pero la apreciación de los clientes es que en vez de solucionarse, las deficiencias se hacen cada vez mayores.
El sábado pasado, llegué a las 9:00 am a la oficina de esta firma americana que está ubicada en las calles Boyeros y Paradero, donde además hay una gasolinera y varias tiendas. Los trabajadores de la cafetería aledaña, me informaron que no iba a abrir, por no tener dinero.
Sin otra solución me dirigí a la agencia que se encuentra dentro de la tienda “Puentes Grandes” en 26 y 51. También allí estaba otro cliente que se quejaba de lo que había tenido que caminar y además se preocupaba por la cola, ya que la instalación está dentro del Departamento de Ferretería de la tienda y la gente se “cuela” por detrás.
El servicio comenzó tarde, no obstante, la trabajadora salió dos veces no se sabe a qué, las personas en la cola comentaban que el día anterior no había personal que atendiera y pusieron una empleada que terminó a las 4:30 pm, aunque se anuncia en un letrero que están abiertos hasta las 9 pm.
Una señora de la tercera edad comentó –cuando salía de cobrar su dinero- que como no hay dónde sentarse mientras se espera, las casi tres horas de cola que tuvo que hacer la dejaron “molida”.
Las más de 30 oficinas de la Western Union que hay en la capital adolecen del mismo; mal: la falta de dinero; la ruptura de las comunicaciones con el centro que impiden prestar el servicio por horas pues se ”cae” la conexión; el mal trato a los clientes; la falta de comodidades para la larga espera del servicio; las interrupciones para buscar dinero o cambio; la lentitud de los equipos de impresión; la falta de papel para hacer duplicados, por lo que le preguntan al cliente si quieren o no la copia; y una larga lista de inconvenientes, que adapta el servicio de una empresa americana a la ineficiencia de nuestro país.
Muchas personas que son trabajadores por cuenta propia u otros que reparan y construyen sus casas, necesitan las copias de los envíos para justificar la tenencia de dinero ante las autoridades.
La tasa de cobro que utilizan es de 0,9695 CUC por cada dólar enviado, independiente del costo del envío.
Después de pasar por toda esta odisea, el camino a mi casa me llevó a través de la primera oficina que visité en las calles Boyeros y Paradero y para mi sorpresa estaba abierta y sí tenía dinero lo que pasó fue que la empleada no había llegado a su hora a trabajar, y no tiene quien la supervise, al parecer los empleados del establecimiento aledaño le cuidan la espalda.
Pero la realidad es bien cubana, o sea a lo que todos estamos acostumbrados, si no hay esto, no hay nada y por lo menos solucionamos algunos de los problemas que tenemos con el dinero que a través de este servicio nos mandan los familiares del exilio. Se puede decir que la Western Union en Cuba se suma a la conformidad -con todo lo malo- que tenemos los que vivimos en la isla.
La Habana, junio de 2017