Violencia en el San Juan camagüeyano

A las 12 de la madrugada del domingo 24 de junio de 2018, con la lectura del Bando por la ¨ alcaldesa¨ Lissette Bouza, en el balcón del Ayuntamiento Municipal, dio comienzo las fiestas populares del San Juan camagüeyano.

El San Juan es una hermosa tradición surgida a finales del siglos XVI en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, cuando los monteros traían el ganado al pueblo a venderlo en la última semana de junio y comenzaron a hacer carreras de caballos, fiestas populares y ollas populares que después derivaron en el ajiaco camagüeyano. Las carreras se hacían en la calle San Juan, hoy Avellaneda, por donde entraban los monteros. Las fiestas se extendían de las festividades de San Juan a la de San Pedro, es decir del 24 al 29 de junio. Posteriormente se agregaron otras iniciativas como las bromas, los ensabanados, ¨monos viejos¨, desfiles de carrozas, congas y comparsas, así como concursos para seleccionar las estrellas y luceros. En fin el San Juan es una tradición arraigada en el corazón de los agramontinos por casi 500 años, que se niega a desaparecer, a pesar de los avatares históricos.

Sin embargo las últimas celebraciones del San Juan o carnavales como se identifican en la actualidad, se ha caracterizado por la extrema violencia contabilizándose muertos y heridos en sangrientas reyerta que no salen a la luz pública, fruto de la descomposición moral y social de la sociedad cubana bajo 60 años de dictadura castrista.

Así luego de la lectura del bando inaugural del San Juan 2018, se realizó un desfile o paseo de congas y comparsas por la calle Cisneros, del Parque Agramonte a la Plaza de los Trabajadores o Plaza de La Merced. Sin embargo, minutos después de las 12 se formó tremenda trifulca a puñetazos que requirió la rápida movilización de la policía para capturar a los contendientes, empañando así la lucidez de la inauguración del legendario San Juan.

Otra cosa reflejaron los medios de prensa oficialistas, que se limitaron a reseñar el bando y el paseo de apertura. Para esta prensa no sucedió más nada, ni golpes, ni brutal intervención policial, ni detenidos, ni familias aterrorizadas huyendo del tumulto, nada. Se agrava el abismo entre la vida bucólica e idílica que muestran los medios oficiales y la realidad procaz y cruel que supera todas las previsiones.

Como detalle interesante diremos que como casi todos los años, llovió fuertemente el día de San Juan y las humeantes caldosas porque ya no son verdaderos ajiacos, tuvieron que esperar el paso de los aguaceros. El agua limpió de inmundicias las calles adoquinadas del Camagüey como símbolo de limpieza y purificación que necesita la sociedad cubana.

Tendremos por tanto una próxima semana del San Juan desnaturalizado, convertido en una promiscua festividad donde hombres y mujeres embriagados orinan o excretan en la vía pública o en rústicos baños de cartón improvisados en las esquinas. Aumentarán los robos, cuchilladas, accidentes de tránsito y sobre todos los niños se formarán viendo que en el San Juan todo vale con tal de enajenarse de los problemas cotidianos. Ya se escuchan a lo lejos los estribillos populares de las congas y comparsas, Los Comandos, Las Estrellas y otras. ¡ goza pelota, pallá tumbadores….!

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