Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Durante años los Derechos Humanos en Cuba ha sido un agujero negro imposible de escrutar. Las instituciones con estas competencias no han conseguido la anuencia del gobierno cubano para visitar la isla y hacer una valoración de los mismos.

Asimismo, es conocida la influencia del gobierno cubano en las instituciones internacionales, como en el Consejo de Derechos Humanos, donde no llegan los reportes de violaciones de Derechos Humanos – tal y como han podido comprobar miembros del OCDH-, y donde Cuba mantiene una enorme representación que utiliza para ejercer presiones sobre delegaciones de países que han contraído deudas de gratitud con el gobierno.

En el año 2010 debido a un acuerdo establecido entre la Iglesia Católica Cubana y los gobiernos cubano y español más de un centenar de prisioneros, 40 de los cuales fueron reconocidos por Amnistía Internacional como presos de conciencia en 2003, fueron excarcelados y exiliados tras pasar varios años presos.

Este convenio logró conmutar las condenas de privación de libertad por la del exilio, pero no ha sido el fin de una conducta de menosprecio a los derechos de los cubanos.

Todo apunta a una falta de voluntad real del Gobierno Cubano de avanzar en esta senda, por lo que se hace imprescindible sistematizar el trabajo de denuncia y sensibilización de la situación de Derechos Humanos en Cuba, muy especialmente en el escenario europeo, donde el gobierno cubano se emplea a fondo en su empeño por socavar la Posición Común Europea.

Estos motivos han impulsado a los miembros de OCDH a tratar de hacer llegar todas sus denuncias al Consejo de Naciones Unidas, con el fin de paliar la falta de información y lograr la solidaridad de los países observadores.

Hay unas necesidades claves para que en Cuba se respeten los Derechos Humanos, y se comiencen a sentar las bases de un verdadero Estado democrático: urge frenar los abusos contra las libertades, y al mismo tiempo reivindicar unos derechos básicos que sean conocidos por los cubanos.

Para ello el Observatorio trabaja en la documentación e investigación de dichos atentados contra los Derechos Humanos, con el fin de mostrarlos públicamente como evidencias y así solicitar a los organismos competentes que se involucren activamente en la lucha por las libertades en Cuba.

De manera que el trabajo del Observatorio contribuya a lograr la solidaridad internacional para que se le exija al gobierno de Cuba que acate las leyes internacionales.