El organismo alerta sobre la «banalización» del tema y critica que «las autoridades de naciones democráticas actúen como si de un espectáculo se tratara».
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) documentó en julio, mes en el que se produjo el estallido social en Cuba, al menos 1.745 acciones represivas, de las cuales, 1.103 fueron algún tipo de detención arbitraria y 642 fueron otros abusos, como sitios de viviendas (402), agresiones (63), hostigamientos (55), citaciones (53) y multas (40).
«De las detenciones registradas, ya hay un grupo importante que ha sido condenado a privación de libertad en juicios carentes de garantías, con total indefensión jurídica de los afectados, y en un clima de amenazas, incluyendo a familiares. También hay que tener en cuenta que se han detenido al menos a 23 menores, de entre 14 y 17 años de edad», denunció Alejandro González Raga, director ejecutivo del OCDH.
El único fallecido reportado por las autoridades fue Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, residente en el barrio La Güinera, municipio de Arroyo Naranjo. Sin embargo, el gobierno no ha aclarado todavía las circunstancias de la muerte, derecho que tiene tanto su familia como la opinión pública.
«Seguimos seriamente preocupados por los juicios expeditos sin garantías procesales, las torturas, tratos crueles inhumanos y degradantes cometidos por las autoridades; también por la impunidad policial y la violencia, y por las amenazas tras las protestas contra todo aquel que escribió un post o subió una imagen a las redes sociales. Mientras el régimen no facilite, sin reservas, una investigación independiente, no tendrá ninguna autoridad para desacreditar las denuncias de los ciudadanos”, añadió González Raga.
Para el OCDH, «pese al endurecimiento del tono por parte de la Unión Europea y de las sanciones anunciadas por Estados Unidos, la respuesta de la comunidad internacional sigue estando desenfocada, de manera general».
«Todo lo que se haga para condenar la represión en Cuba es importante, pero nos preocupa la banalización del tema y que las autoridades de las naciones democráticas actúen como si de un espectáculo se tratara; no se trata de conseguir una fotografía, sino de asumir un compromiso firme y permanente en favor del cambio», apuntó el OCDH.
“No obstante, continuamos a disposición de quienes quieran comprometerse con la libertad y la democracia en Cuba, sobre todo de esas mismas autoridades europeas y españolas, para tratar el presente y el futuro de Cuba con la complejidad y el respeto que merece», afirmó González Raga.
El OCDH advierte que los datos ofrecidos hoy no son definitivos, pues tanto las protestas como la represión del régimen han superado el ámbito de la oposición y los grupos de la sociedad civil independiente, y la labor de documentación también ha sido afectada por la represión contra colaboradores del OCDH.