- Al menos tres epidemias afectan a centenares de miles de personas, en un escenario de acumulación de basura, falta de agua potable y hambruna.
- La organización exige que la producción internacional de empresas como BioCubaFarma sea derivada a la atención de la población afectada y que los recursos de GAESA sean dedicados a reconstruir infraestructuras de salud.
Madrid, 22 de octubre de 2025
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) exigió este miércoles al gobierno de la isla que declare la emergencia sanitaria y que hable con claridad, debido a la grave situación epidemiológica que atraviesa el país con al menos tres epidemias que afectan a centenares de miles de personas.
Las denuncias y testimonios que hemos recibido en las últimas horas exponen una alarmante crisis sanitaria, caracterizada por la prevalencia de enfermedades infecciosas y una incapacidad sistémica de los servicios de salud para proporcionar diagnósticos precisos y tratamientos efectivos.
Los afectados reportan un conjunto de síntomas debilitantes, incluyendo fiebre alta, mialgias, artralgias, ictericia, diarrea profusa, vómitos y erupciones cutáneas. La severidad de estas manifestaciones, particularmente en población pediátrica y de adultos mayores, pone de manifiesto la urgencia de una respuesta sanitaria oportuna. Llamamos la atención también sobre otro grupo vulnerable como es el de los presos.
Sin embargo, la carencia de recursos diagnósticos y terapéuticos en los centros de salud exacerba la vulnerabilidad de los afectados, evidenciando una profunda disfunción en la infraestructura sanitaria que compromete la salud pública.
La escasez de insumos médicos y la falta de capacidad operativa en los hospitales representan el núcleo de esta crisis. La ausencia de reactivos para pruebas esenciales de laboratorio, junto con la inexistencia de medicamentos básicos, incluidos analgésicos, obliga a los pacientes y sus familias a recurrir a medidas desesperadas, como la obtención de insumos en mercados informales o la dependencia de donaciones de redes comunitarias y extranjeras. Esta situación no solo refleja un colapso en la provisión de servicios de salud, sino que también incrementa el riesgo de fallecimientos, especialmente en grupos vulnerables.
Hay barrios enteros infectados con enfermedades provocadas por mosquitos, entre ellas dengue, chikungunya y oropouche.
“Hay mucha incertidumbre sobre la respuesta, entre otras razones porque muchas personas desisten de acudir a los centros de salud, sabedores de la escasez de recursos e insumos médicos. Esto dibuja un diagnóstico incompleto, que impide un análisis objetivo de la situación. Nadie sabe exactamente hasta donde llega la gravedad del problema, salvo por la cantidad de personas enfermas en barrios y entornos laborales y educativos”, señalaron fuentes médicas al OCDH.
La falta de un diagnóstico adecuado y oportuno de estas enfermedades infecciosas conlleva riesgos graves para la salud individual y colectiva. Sin una identificación precisa, los pacientes pueden enfrentar complicaciones severas, especialmente en poblaciones vulnerables como niños y mujeres embarazadas.
La ausencia de pruebas diagnósticas, dificulta la aplicación de tratamientos específicos, prolongando el sufrimiento y aumentando el riesgo de mortalidad. Además, contribuye a la propagación descontrolada de las enfermedades, al no identificar a tiempo los casos para implementar medidas de contención, como el aislamiento o el control de vectores, lo que agrava la carga sobre los sistemas de salud y perpetúa la crisis sanitaria.
El OCDH exige al régimen cubano, como primer paso, el reconocimiento del problema y la declaración de la emergencia sanitaria, además de resolver inmediatamente la situación higiénica provocada por la acumulación de basura en todas las ciudades y pueblos del país, la falta de agua potable y la hambruna que padecen los ciudadanos.
El pueblo cubano no puede seguir viviendo entre la basura, la enfermedad y el abandono. No es posible ocultar más esta catástrofe sanitaria bajo el silencio oficial ni disfrazarla de “dificultades coyunturales”.
Reprochamos que en este panorama el régimen continúe con la exportación de productos biotecnológicos y de personal médico, mientras abandona por completo las condiciones básicas de salud del pueblo que tiene que recibir medicina de familiares en el exterior y no cuenta con equipos adecuados en los centros hospitalarios. Por ello, reclamamos al gobierno cubano que dedique la producción internacional de empresas como BioCubaFarma a la atención interna y que los recursos de Gaesa se orienten a reconstruir la infraestructura hospitalaria nacional.