Madrid, 3 de noviembre de 2020
A medida que crece la pobreza en Cuba, el gobierno incrementa las acciones represivas contra la población, según se desprende de los datos de octubre, recopilados en la isla por la red de colaboradores del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
En octubre se produjeron al menos 11 «actos de repudio», una práctica intimidatoria frente a las casas de activistas de derechos humanos, que incluye violencia física y verbal. Miembros de grupos sociales como los artistas del Movimiento San Isidro están entre los más reprimidos.
«Siempre es alarmante que se utilice este mecanismo represivo, pero más ahora, cuando el país atraviesa una delicada situación por la pandemia. Resulta indignante la utilización de ancianos en estos escraches masivos», denunció Yaxys Cires, director de Estrategia del OCDH.
En octubre se registraron al menos 544 acciones represivas contra ciudadanos cubanos, de las cuales 152 fueron detenciones arbitrarias.
En la última semana, el OCDH denunció el deterioro del ejercicio de los derechos sociales en Cuba, marcado por los bajos ingresos, las dificultades para conseguir alimentos. De acuerdo con la encuesta, el 77% de los cubanos manifiesta escasez severa o moderada y el 42% afirma tener «problemas para comprar lo más esencial para sobrevivir». El 21% de las familias vive con menos de 20 dólares al mes y el 24% con ingresos entre 21 y 40 dólares.
«El gobierno cubano ha logrado un asiento en el Consejo de Derechos Humanos con facilidad, pero es incapaz de solucionar problemas elementales de los ciudadanos. Dedica tiempo a convencer a otros en la ONU, pero no se sienta a escuchar a los jóvenes del Movimiento San Isidro y les manda a sus seguidores para agredirlos e insultarlos», añadió Cires.
Entre otros abusos, la red del OCDH también documentó en octubre al menos 214 casas sitiadas por la policía, y centenares de casos de amenazas, hostigamientos, golpizas, citaciones y multas.
