OCDH denuncia ante la ONU los «actos de repudio» organizados por el Estado cubano por constituir «tratos crueles, inhumanos y degradantes»

La denuncia fue presentada ante el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció ante el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el «cuadro persistente de tratos crueles, inhumanos y degradantes contra ciudadanos cubanos» a través de los «actos de repudio».

La denuncia va dirigida contra el Estado de Cuba, «por generar un cuadro persistente de violaciones de derechos humanos, mediante el empleo de ‘actos de repudio’, constitutivos de tratos crueles, inhumanos y degradantes contra miembros de la sociedad civil cubana».

Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos durante el 2020 ocurrieron al menos 41 actos de repudio. La denuncia se acompaña de informaciones relacionadas con actuaciones de este tipo contra los activistas: Iliana Hernández Cardosa, Claudia Genlui Hidalgo, Anamely Ramos González y José Daniel Ferrer García.

«El uso reiterado de este tipo de métodos se ha convertido en un cuadro persistente de actos crueles, inhumanos y degradantes, lo cual requiere un pronunciamiento terminante de organismos internacionales de protección de derechos humanos», exige la denuncia.

Para el OCDH, «los actos de repudio constituyen un método de ‘linchamiento social’, a través el uso de aglomeraciones de personas, ubicadas generalmente en la vía pública o frente al lugar de residencia de los agraviados, a quienes intentan abochornar e intimidar mediante el empleo de agresiones verbales, incluidas ofensas diversas, frases y gestos obscenos, alusivas a raza, género, despersonalización y amenazas».

En no pocas ocasiones se emplea, además, la violencia física, con lesiones frecuentes para las víctimas.

«Estos actos son organizados por el Estado cubano, que emplea a las denominadas organizaciones sociales y de masas, dirigidas por el Partido Comunista», detalla.

Las víctimas en 2020 son miembros de la sociedad civil, entre ellos defensores de derechos humanos, periodistas independientes, activistas políticos o simplemente individuos que disienten de políticas estatales que excluyen cualquier tipo de pluralismo político.

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