Saylí Navarro Álvarez
La presa política cubana, integrante de las Damas de Blanco, fue detenida el 12 de julio de 2021 junto a su padre, el opositor Félix Navarro, por protestar pacíficamente durante las manifestaciones del 11J en Perico. Fue condenada el 1 de abril de 2022 por “atentado” y “desórdenes públicos” a una pena de 8 años de privación de libertad.
Según comunicó su padre, Saylí padece hipertensión arterial y está bajo tratamiento con Enalapril para controlar la presión. Su médico del penal también prescribió una dieta basada en frutas, vegetales y jugos para ayudar a estabilizar su condición. No obstante, la directora del penal, teniente coronel Martha Cristina Hernández Bacallao, ha bloqueado la alimentación especial recomendada, negando la autorización necesaria para que su familia la aporte durante las visitas.
Esta falta de dieta médica representa un trato cruel e inhumano, agravando su enfermedad y poniendo en riesgo su vida, dada la deficiente alimentación general del penal y el riesgo asociado a la hipertensión sin control adecuado.
Las autoridades penitenciarias limitaron el acceso de sus familiares a beneficios como llamadas telefónicas y visitas ocasionales. Además, se le confiscó en varias ocasiones su diario personal, como forma de controlar su información y restringir su libertad de expresión.
Estos actos de control represivo no sólo afectan su salud física, sino también su salud mental. En un contexto donde incluso lucir vestimenta blanca —símbolo pacífico del activismo— es considerado provocativo, Saylí se encuentra bajo vigilancia constante y restricciones arbitrarias.
La Embajada de EE.UU. en Cuba exigió públicamente la liberación de Saylí, señalando que su encarcelamiento por protestar pacíficamente constituye una violación de derechos humanos. Asimismo, Amnistía Internacional la designó como presa de conciencia, reconociendo el carácter injusto de su detención.