Donaida Pérez Paseiro
Líder religiosa y presa política detenida durante las protestas del 11 de julio de 2021, fue condenada a ocho años de prisión por los cargos de desorden público, desacato y atentado, luego de entregarse voluntariamente el 16 de julio de 2021. Inicialmente recluida en la prisión de Mujeres Guamajal, en Villa Clara, su salud se vio marcadamente afectada durante su encarcelamiento.
En octubre de 2024 se confirmó que contrajo el virus de Oropouche dentro del penal, una enfermedad tropical con síntomas similares al dengue, que puede ser potencialmente grave, especialmente en presencia de comorbilidades como las que ella padece. Pérez Paseiro también padece hipertensión y diabetes mellitus tipo 2, condiciones que aumentan su vulnerabilidad. Según informó Jorge Luis García Pérez «Antúnez», cuñado de la reclusa y expreso político, recibió atención médica únicamente en la enfermería del penal —un espacio insuficiente para atender enfermedades complejas.
Tras pasar tres años y medio en prisión, fue excarcelada bajo libertad condicional en enero de 2025, como parte de una ronda de liberaciones acordadas entre el régimen cubano y el Vaticano. A poco más de un mes de su liberación, ya enfrentaba presiones para reincorporarse obligatoriamente al trabajo; se negó a aceptar esas condiciones, declarando que no se dejaría silenciar.
Sin embargo, el 11 de junio de 2025, el Tribunal Provincial de Villa Clara revocó su libertad condicional, argumentando que no cumplió con obligaciones laborales y con citaciones judiciales, ordenando su regreso inmediato a prisión para cumplir los cuatro años restantes de su condena. Medios independientes denunciaron esta revocación como una retaliación política por su activismo y denuncia del estado de salud de su esposo, también preso político.