Madrid, 30 de septiembre de 2022
Miles de cubanos volvieron a las calles a protestar, debido al descontento social con el régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, multiplicado por la devastación dejada por el huracán Ian, la ausencia de electricidad durante varios días en casi todo el país, el hambre, las epidemias y la represión policial.
Ciudadanos de varias ciudades y pueblos protestaron con cacerolas para exigir respuestas ante la degradada situación económica, política y social. El régimen de La Habana ha respondido con una movilización general de las fuerzas represivas y de choque, así como con un apagón nacional del servicio de internet, que duró hasta entrado el día de hoy.
“Vista la virulencia represiva contra las protestas pacíficas de 2021 —y las recientes de agosto—, resulta extremadamente peligroso que la comunidad internacional, en especial, la Unión Europea y las instituciones de derechos humanos, esperen, para actuar, a la ocurrencia de un baño de sangre en Cuba. Ahora mismo hay un enfrentamiento civil, de consecuencias insospechadas”, denunció el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
El organismo, con sede en Madrid, exigió “de manera clara y abierta a las autoridades cubanas que respeten los derechos humanos y no repriman a los ciudadanos”, pero también pidió a la UE “la adopción de medidas más contundentes para proteger a la población civil, por ejemplo, prohibir la venta de armamento y material de uso represivo al gobierno de Cuba”, así como “activar inmediatamente el mecanismo de sanciones individuales contra los violadores de derechos humanos”.