La parte de Cuba que se quedó en los Andes

—¿Qué significó Ecuador para los cubanos?

—Ecuador era una vía de escape, para salir de Cuba, pero el plan de todos era seguir a los Estados Unidos —reconoce el cubano Raydiel Rodríguez, que llegó a Quito en 2009, junto con su hermano y su padre—.

Los Rodríguez vendieron su casa en Cuba para migrar a Ecuador: con ese dinero costearon los pasajes aéreos, los papeles de residencia como inversionistas y compraron todo lo necesario para procesar la carne ahumada tan apetecida por sus paisanos. Empezaron en los bajos del piso que alquilaban en la capital de Ecuador y poco a poco el emprendimiento familiar, bautizado como ‘La Giraldilla’, se convirtió en uno de los negocios cubanos que prosperaron.

La carnicería ‘La Giraldilla’, que debe su nombre a uno de los símbolos de La Habana, se asentó en una calle de Quito donde otros cubanos, algunos ayudados por sus familiares en Estados Unidos, abrieron barberías, locutorios, billares, restaurantes, panaderías, tiendas de ropa… Todo para reencontrarse con sus acentos, olores y sabores. Todo para combatir la nostalgia. Para los isleños que se juntaban allí era como estar en la ‘Calle Ocho’, la mítica zona que concentra todo lo cubano en Miami.

La calle tomada por los cubanos, paradójicamente, es parte del barrio de La Florida. Ese detalle siempre les recordó que Ecuador era un país de tránsito y que su destino final estaba más al norte. En esos primeros años de la diáspora cubana hacia Ecuador, el barrio de La Florida ganaba y perdía vecinos cada día. Era común encontrarse avisos de venta de muebles y menaje de hogar en las ventanas de los negocios cubanos y en los postes de luz. Esa era la señal que alguien se volvía a poner en marcha.

Raydiel y su familia ampliada —su esposa y sus dos hijos lograron salir de Cuba en 2012— fueron de los pocos que dejaron de mirar hacia el norte y son parte de esa pequeña Cuba que se quedó en los Andes.

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Ecuador fue una escala para los cubanos que buscaban alcanzar Estados Unidos. Todo empezó en 2008, cuando el país andino instauró el libre visado, para fomentar el turismo. Muchos cubanos entraron como turistas y no volvieron a la isla. Para 2012 los periódicos hablaban de más de 100.000 migrantes cubanos, la segunda comunidad de extranjeros en Ecuador después de los colombianos.

Los isleños se quedaban el tiempo necesario, uno o dos años, para ahorrar algo de dinero, sacar a sus familias de Cuba y seguir la travesía hacia el norte. Quedarse más de los 90 días que tenían como turistas fue el primer obstáculo. Los matrimonios por conveniencia, que les permitían hacerse con la visa de amparo y la nacionalidad ecuatoriana, proliferaron.

Los avisos de “busco pareja” empezaron a aparecer en los locutorios del barrio de La Florida y se ofrecía entre 200 y 300 dólares a los ecuatorianos dispuestos a dar el sí quiero. También aparecieron las mafias que cobraban hasta 600 dólares por arreglar matrimonios y tramitar la nacionalidad. Muchos migrantes fueron víctimas de estafadores que les entregaron papeles falsos. Una investigación del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, hecha en 2010, anuló al menos 170 de los más de 2.000 matrimonios y uniones libres que se registraron entre personas cubanas y ecuatorianas.

Ecuador se vio abocado a revisar su política de puertas abiertas e impuso el requisito de la carta de invitación para todos los isleños que quisieran entrar a partir de 2013. La medida, se mantuvo poco más de un año. Para abril de 2014, se retiró esta formalidad porque también se descubrió que las cartas de invitación se convirtieron en un negocio.

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