En mayo dos pueblos hermanos Cuba e Israel celebran sus cumpleaños como naciones. El 20 de mayo de 1902 alcanzó Cuba su independencia y el 14 de mayo de 1948 surge el estado de Israel. Sin embargo ambos pueblos están unidos mucha más que por la coincidencia de fechas fundacionales. El 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos de España, influidos por el inquisidor Fray Tomás de Torquemada, dictaron un Edicto disponiendo la expulsión de España de todos los judíos que no se convirtieran al cristianismo, lo que provocó un gran éxodo de los judíos sefarditas del reino ibérico. Muchos se convirtieron al catolicismo y fueron los llamados judeoconversos, el resto emigró a Portugal y los países árabes del norte de áfrica. Los judeoconversos que permanecieron en España fueron muy mal vistos por los inquisidores y constantemente estaban bajo la sospecha de judería encubierta. Esto provocó que en los viajes de descubrimiento del gran almirante Cristóbal Colón, tomaran parte alrededor de 160 judeoconversos que escapaban de la persecución religiosa. Judío era Martín Alonso Pinzón, el vigía que gritó tierra por primera vez en América. Rodrigo de Jerez, el vigía de la Pinta, también era judío al igual que Don Luís de Torres, el primer judío que pisa tierra cubana el 2 de noviembre de 1492. Este navegante venía como intérprete pues era un políglota consumado y con los años fue el primer terrateniente judío y el introductor de la hoja del tabaco en Europa. Judía conversa sefardita era Isabel de Bobadilla la primera gobernadora de Cuba, quien en el siglo XVI quedó al frente del gobierno de la posesión española de Cuba mientras su esposo Hernando de Soto marchaba a conquistar La Florida. La imagen de doña Isabel perdura representada en la legendaria giraldilla o veleta del Castillo de La Fuerza, símbolo de la ciudad de La Habana. No es el objetivo de este trabajo reseñar toda la inmigración hebrea a Cuba, sino destacar que con los años se asentó en la mayor de las Antillas, una floreciente comunidad hebrea que llegó a contar con aproximadamente 25 000 personas durante la segunda guerra mundial, período en el cual se produjo una avalancha de refugiados ashkenazitas, procedentes de Europa central y del este. El impacto de la comunidad hebrea en Cuba fue grande fundamentalmente en la capital Habanera donde se asentaron el 80% de sus miembros. Introdujeron a Cuba la venta por créditos a los domicilios, la elaboración de textiles, calzados, cinturones, carteras y sederías a muy buenos precios, así como la industria ligera de confección de artículos de puntos, zippers, corbatas y cintos, ropa interior, trajes y artículos de pieles. Por si esto fuera poco iniciaron una floreciente industria de tallado de diamantes. Los hebreos en Cuba formaron una comunidad muy próspera con sinagogas, escuelas, periódicos, revistas, cementerios, etc. En el imaginario popular los polacos o turcos, como eran conocidos según su origen, ashkenazitas o sefarditas, eran austeros y tenían fama de ¨tacaños¨, así como por sus costumbres religiosas distintas a las nuestras, cuando un niño no era bautizado en la iglesia católica, era conocido como ¨judío¨ o hereje. Pero en Cuba fueron muy bien acogidos los hebreos y no fueron objeto de persecución por el hospitalario pueblo cubano. Tan sólo tenemos que lamentar el incidente en junio del año 1939, de la llegada a La Habana del barco SS St. Louis, con 900 refugiados procedentes de Europa, huyendo del nazismo. El entonces presidente Federico Laredo Bru, permitió que desembarcaran unos pocos refugiados y el barco continuó viaje a Estados Unidos y tuvo que regresar a Holanda donde finalmente encontraron la muerte gran parte de los emigrantes en campos de concentración. Esta decisión presidencial se produjo en contra del parecer de los vecinos habaneros que se aglomeraron en el puerto.
Contrario a lo que se piensa, los hebreos tuvieron una activa participación en las luchas políticas del país, siempre luchando en contra de las tiranías. Así por ejemplo fueron luchadores independentistas, Augusto Bondi, Louis Sechssinger, el capitán Kaminsky, el mayor Schawartz ayudante del General Calixto García, el general Carlos Roloff, el abogado Horacio Rubens de la Junta Revolucionaria de New York, quien prestó importantes servicios ante el gobierno de los Estados Unidos a favor de la causa independentista cubana y los hermanos Eduardo y José Steinberg, colaboradores de José Martí y fundadores del Club Revolucionario Cubano Isaac Abravanel, en Cayo Hueso en 1892. En 1932 ante la participación activa de los hebreros en la lucha contra el dictador Gerardo Machado Morales, este dispuso por un decreto perseguir todas las actividades culturales y religiosas de los judíos en Cuba y fueron asesinados los judíos Isaac Hurritz, Noske Yaloms, Bernardo Reinertz, Jacobo Burshtein y Moises Raigorosici, todos miembros del partido comunista, así como fue perseguido el líder judío comunista Fabio Grobar.
Desde hace 71 años los hebreos han defendido valientemente su estado democrático de Israel, en perenne guerra contra sus vecinos árabes y contra el terrorismo palestino. Israel es la única democracia liberal en el medio oriente. De hecho Freedom House declara que es el único estado libre en el medio oriente. En Israel existe un estado de derecho con un poder judicial independiente, libertad de asociación, de expresión, de culto, igualdad de géneros, libertad económica y otras importantes garantías de los derechos humanos. Todas las corrientes políticas han accedido a través de las urnas a su parlamento, el Knesset y defienden con libertad sus programas, tanto de derecha o izquierda o fundamentalismos religiosos. Hay un dicho ladino que dice ¨dos judíos, tres opiniones¨. Con un ejército poderoso nunca ha ocurrido un golpe de estado e incluso hay libertad hasta para manifestarse pacíficamente en contra del estado sionista de Israel. El estado hebreo garantiza la libertad de culto en los lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas a diferencia de sus vecinos árabes que son intolerantes en materia de fe. En una región donde la mujer es discriminada, en Israel encuentra igualdad de derechos y oportunidades. La guerra contra el terrorismo ha provocado la suspensión de determinadas garantías procesales en cuanto a detención y términos para el enjuiciamiento, pero siempre existen recursos procesales ante tribunales imparciales e independientes. La realidad en Israel es muy cruda, desde la fundación del estado hebreo, han estado bajo ataque, cuando no de misiles, o disparos de artillería o bombas o atentados suicidas en buses, cines, escuelas, hospitales, discotecas o en cualquier lugar.
Tras el triunfo de la revolución cubana en enero de 1959, luego de una breve luna de miel con el estado hebreo, la dictadura castristas rompió relaciones con Israel y apoyó por todos los medios posibles a los países árabes y a militantes palestinos enemigos del pueblo hebreo. Incluso en octubre de 1973 Cuba envió una brigada de tanques de guerra de aproximadamente 800 soldados, así como pilotos de combate, a Siria para luchar contra Israel. Estos militares permanecieron en disposición combativa hasta su regreso en 1975 y participaron en reiterados cañoneos a las tropas israelitas en el Golán Sirio. Oficialmente no se han reconocidos bajas cubanas en esta guerra. Castro declaró su apoyo incondicional a la causa palestina, no sólo a Yasser Arafat y su Organización para la Liberación Palestina, sino a todas la organizaciones antisionistas en general, como por ejemplo el Frente Democrático para la Liberación de Palestina, una organización terrorista que de democrático sólo tiene el nombre, la cual realizó en enero del pasado 2018 un Congreso Político en La Habana. Esto no es teoría de la conspiración, es información pública que está en todos los medios noticiosos del mundo.
El punto donde quiero llegar es que las organizaciones democráticas y defensoras de los derechos humanos hebreas tanto de Israel, Estados Unidos y otras partes del mundo deben apoyar la transición pacífica a la democracia de Cuba. Una democracia estable y próspera como Israel recibiría notables beneficios en la transición a la democracia en Cuba. Se quitaría del camino una nación adversaria política e ideológica, santuario de terroristas y en su lugar se abrirían posibilidades ilimitadas para invertir y hacer negocios en una futura Cuba democrática. Vendrían nuevamente los judíos a Cuba con sus ancestrales saberes y adelantos tecnológicos en áreas como la agricultura, la medicina y otras. Una Cuba democrática y estable liberaría a Venezuela de la dictadura post-chavista eliminando así otro santuario de antisionistas y terroristas, incluyendo a Hamas. Por si estas razones no fueran suficientes para involucrarse activamente estas organizaciones no gubernamentales democráticas, resulta que en Cuba hay varios cementerios judíos abandonados o en muy malas condiciones de conservación. Es sabido que por sus costumbres los judíos no practican la exhumación y una vez enterrados los miembros de la comunidad allí se quedan para siempre sus restos. Así tenemos el cementerio judío en Guanabacoa, La Habana, en deplorable estado de conservación, según se aprecia en un explícito artículo del sitio Cubanet. En Cabaiguán, Sancti Spíritus, según nos muestra un artículo de la revista digital OnCuba, de la periodista Dayli Pérez Guillén, existe un cementerio judío en total estado de abandono, según se muestra en las fotos acompañadas y en Camagüey existe el cementerio hebreo en estado de desatención como se ve en las fotos de las tumbas enyerbadas y los perros caminando entre las mismas. Los judíos tan respetuosos con sus ancestros fallecidos no pueden permitir esta situación.
Hay muchas maneras de ayudar a los cubanos, como cursos de promoción de la democracia, los derechos humanos y el emprendimiento en Israel, becas de liderazgo, fortalecimientos de plataformas digitales, proyectos ciudadanos para alivio de necesidades de personas carentes, ofrecimientos de ayudas e inversiones condicionadas a la mejoría del respeto a los derechos humanos y reformas democráticas, más ahora en esta coyuntura difícil de crisis que atraviesa Cuba. Lo que se impone es llamar la atención de los comunicadores hebreos sobre el caso Cuba, volver los ojos hacia la isla y comenzar a trabajar de múltiples formas con los descendientes hebreos y afines, que no estén controlados por el gobierno cubano, por un futuro mejor donde Israel y Cuba vuelvan a estar hermanados en defensa de la democracia y la libertad.