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Intervención del opositor cubano Guillermo Fariñas ante el Subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo

El líder disidente y Premio Sajarov se dirigió al subcomité este jueves 3 de marzo de 2022, como parte de su visita a las instituciones de la Unión Europea en Bruselas. El siguiente texto fue entregado a los eurodiputados, y leído casi en su totalidad en el pleno.

 

“La UE deberá definir si prefiere tener entre sus interlocutores a los represores o a los reprimidos”

 

Muchas gracias, presidente.
Buenos días a todos y a todas.

Nuestra visita al Parlamento ha coincidido con un momento especial para Europa y para la civilización occidental. La agresión de Rusia a Ucrania, además de ser un abuso y una violación del derecho internacional, es una clara amenza a la democracia y al proyecto europeo.

Es por ello que, en nombre de los demócratas cubanos, quiero manifestar nuestra solidaridad con la Unión Europea, dejando claro que las vergonzosas y desleales posiciones asumidas por el régimen cubano, no representan en lo absoluto el sentir de la mayoría de los cubanos. Cuenten con la solidaridad de la nación cubana, los que viven dentro y los que residen fuera.

Pero, es muy difícil desligar las posiciones de complicidad del régimen cubano con el señor Putin, de su propio historial de injerencias en otros países y de los abusos que comete contra su propio pueblo, asunto al cual quiero referirme a continuación.

Señorías,

2021 cerró con al menos 9.705 acciones represivas contra la población civil, entre ellas 2.717 detenciones arbitrarias y 3.743 retenciones ilegales en viviendas. También con más de 60 actos de repudio, acciones que consisten en que una turba de seguidores del régimen se concentra frente a las casas de los opositores para proferir todo tipo de insultos y amenazas, sin importar la presencia de ancianos y niños en las viviendas.

La junta militar cubana ha recrudecido la represión, llegando con fuerza y ensañamiento al ciudadano común. La mayoría de los cubanos a los que le han sido violados sus derechos humanos a la libre expresión y manifestación primero, y después al debido proceso y su libertad, es gente de a pie, mayormente pobre.

Actualmente en Cuba hay más de mil prisioneros políticos y de conciencia, incluidos menores de edad, quienes están injustamente privados de su libertad por el hecho de discrepar abiertamente con la política del Partido Comunista o simplemente por gritar Patria y Vida en nuestras calles. Ya un número importante de ellos han sido juzgados mediantes procesos carentes de garantías, comenzando por el derecho a ser escuchados por jueces independientes. Muchos de ellos han sido condenados a penas exorbitantes, superando algunas los 20 años de prisión. Hay menores de 18 años y jóvenes enfermos o con discapacidad intelectual que han sido acusados del delito de sedición. Importantes organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos han condenado estos atropellos.

Ahora quiero recordar a mis hermanos de lucha injustamente presos, como José Daniel Farrer, Felix Navarro y su hija Sayli Navarro, Sisi Abascal, Maikel Osorbo, Luis Manuel Otero Alcantara. También quiero tener presente a Andi García, los hermanos Perdomo, Roberto Pérez Fonceca, Maikel Puig. A los menores Jonathan Torres Farrat, Carlos Alberto Hernandez, Rowland Castillo, Kendry Miranda, Juan Antomarchi, Yunaiki Linares, algunos ya condenados a penas que alcanzan hasta los 20 años, también a Walnier Luis Aguilar, a la familia Beirut, Bárbaro de Céspedes, Alexis Sabatela, Ángel Veliz Marcano, Dixan Gainza Moré, Yadir Ayala Ibañez, entre otros.

Todos ellos, junto a otros cubanos que ya estaban en las cárceles antes del 11 de julio, como Yuri Valle Roca, Benigno Cruz, Ernesto Borges, Humberto Villareal Suárez, están presos por ejercer sus derechos humanos y desde aquí quiero pedir su liberación inmediata y sin destierro. Ni estos cubanos ni sus familias merecen lo que están viviendo. A muchos de ellos los conozco personalmente y afirmo que no son delincuentes ni asaltaron un cuartel militar, como sí hicieron Fidel y Raúl Castro. Son personas decentes y de bien.

Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, premio Sajarov, y su esposo Angel Moya, son detenidos al menos una vez cada semana y tienen frente a su casa una vigilancia permanente.

Un ensañamiento que ha llegado hasta la arbitrariedad de impedir la entrada de cubanos a su propia tierra en función de sus posiciones políticas o de sus opiniones en las redes sociales.

Por otro lado, ese mismo régimen que reprime a los cubanos mediante las golpizas, detenciones y encarcelamientos, que no admite el más mínimo disenso, es el que no respeta los derechos sociales. Cuba no es el paraíso de los derechos sociales que el régimen vende y que muchos en Europa compran.

Según informes del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, una mayoría superior al 70% de las familias viven por debajo del umbral de la extrema pobreza y 8 de cada 10 cubanos no ha podido conseguir los medicamentos que necesitaban. Las medidas económicas tomadas por las autoridades, mediante la llamada Tarea de Ordenamiento, han agravado la situación de empobrecimiento de nuestra familias, y hacen todavía más difícil la vida de nuestros ancianos y enfermos.

Pongo el ejemplo de los menores de 7 años, que hace meses no reciben la leche en polvo que el Estado vende por la tarjeta de racionamiento.

Los derechos laborales también son ampliamente violados, con la vergonzosa situación de los profesionales de la salud, cuyos servicios son vendidos en el exterior. O los trabajadores del sector turístico, a quienes el régimen les quita casi el 90% de su salario real.

Es gracias al exilio cubano, ese que es acusado y vilipendiado por el régimen, que al menos un tercio de la población puede subsistir en ese supuesto paraíso comunista.

La apuesta internacional por acompañar al régimen en un proceso de supuesta modernización vía leyes, ha sido un fracaso. No ha ocurrido ni un solo cambio legal, político, económico o social en favor del pueblo cubano. De hecho, el nuevo código penal que quieren aprobar es más estalinista que el actual, criminalizando el ejercicio de derechos e incluso la solidaridad internacional. Además mantiene la pena de muerte para un cúmulo de situaciones, algo que desde la Unión Europea se debería rechazar. La nueva ley electoral sigue garantizando la dominación del Partido Comunista.

Por ello, creemos que las últimas resoluciones del Parlamento Europeo recogen el espíritu de lo que ha pasado en los últimos meses en Cuba. Más represión, más hambre y cero libertades.

En estos días hemos pedido a nuestros interlocutores que se redoble la exigencia al régimen, para que haya un cambio hacia la democracia, el respeto a los derechos humanos y la libre empresa.

Creemos que la Unión Europea debe acompañarnos en el proceso de liberación pacífica y real, como el que pidieron miles de cubanos en nuestra calles el 11 de julio. La complacencia con el régimen lo que genera es mayor impunidad, y eso no es justo. No nos abandonen ante las ansias desenfrenadas de permanencia de un sistema que ha fracasado en lo político, lo económico y lo social.

Finalmente, quiero recordar que el día 11 de julio, cuando el Partido Comunista vio que el pueblo le decía en vivo y en directo que quería derechos y libertades, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, dió la orden de combate contra su propio pueblo, sufriendo los ciudadanos una represión que incluyó incluso el uso armas de fuego.

A la luz de los últimos acontecimientos mundiales, la Unión Europea deberá definir si prefiere tener entre sus interlocutores preferentes a los represores o a los reprimidos.

Muchas gracias.

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