Período 2018 – Marzo 2019
Una vez más, el Gobierno cubano utilizó un cambio interno en su nomenclatura, en este caso la designación de Miguel Díaz-Canel como presidente, para exhibir a los cubanos y al mundo una falsa esperanza. Dicha ilusión tradicionalmente se ha hecho acompañar de la creación de cierto ambiente de distensión y rebaja en las exigencias democráticas por parte de diversos actores internacionales. Sin embargo, la naturaleza del propio sistema cubano, secundada por la poca voluntad política de cambio de la elite del poder, así como la tozuda realidad, más temprano que tarde lanzaron por los aires todas las expectativas.
PERIOD 2018 – MARCH 2019
Once more, the Cuban government utilized an internal change in nomenclature, in this case the designation of Miguel Díaz-Canel as president, to display false hope to Cubans and to the world. This illusion is traditionally accompanied by the creation of a relaxed atmosphere and a reduction in the democratic demands made by various international actors. Given the nature of the Cuban system itself, however, as supported by minimal political will for change among the ruling elite, as well as the stubborn reality, sooner or later all of the expectations will fade.