El legendario Camagüey se repone muy lentamente de las heridas sufridas por el Huracán Irma, pero más allá de las frías estadísticas de los 15.721 derrumbes parciales de techos ocurridos en Camagüey, se ocultan verdaderos dramas cotidianos. Corresponde visibilizar para la opinión pública la dolorosa situación de una madre soltera de 38 años, señora Yilian Anca Borrero, quien reside en estos momentos en el vestíbulo del inmueble de Independencia 110, entre Pobres y Cuerno, Camagüey. Esta casa de vecindad es conocida por su cartel en la entrada que dice ¨Muñoz no sabe pintar¨, en el centro histórico de la ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Yilian narró sus vivencias, ¨Vivo en un cuartico de Independencia 110. Soy madre soltera de un varón de 12 años, una hembra de 3 y una lactante de 9 meses. Mi habitación está en mal estado y la noche del ciclón, 8 de septiembre, se derrumbó parcialmente el techo. Cogí mucho miedo que todo se viniera abajo y bajé mis muebles y la cuna de la niña para el vestíbulo. Dice el técnico de la vivienda que nos inspeccionó, que existe peligro de derrumbe y yo no subo de nuevo para el cuartico porque tengo miedo por la vida de mis pequeños hijos. Hablé con la delegada de mi circunscripción 127 del Consejo Popular Centro, Miladys y ella me orientó que volviera para el cuarto hasta que se resolviera mi situación, que el vestíbulo es un área común del inmueble y no puedo vivir. Pero repito yo no regreso al cuartico para morir aplastada. Aquí estaré con mis hijos hasta que me asignen un lugar donde vivir. Esto es muy molesto no tengo ninguna privacidad. No tengo nada, ni siquiera para calentarle el agua para bañar a mi bebita, que se tiene que bañar con el agua fría. Pero tengo a mi tía que me ayuda y confío en Dios y en que la situación se va a resolver felizmente. No trabajo, vivo de las pensiones que mandan los padres de mis hijos y por la ayuda de mi tía y de los vecinos.¨
Yilian mostró su cuarto, los derrumbes, el techo combado y permitió tomar fotografías. Dice que no tiene nada que esconder que todo el mundo puede comprobar que lo que dice es la pura verdad. También pudimos fotografiar el instante en que sacaban a la menor lactante de su cuna para orinar en la calle. Verdaderamente el cuadro es crítico y merece toda la ayuda posible al igual que muchas otras familias camagüeyanas.