«Menos mal que encontré un vecino que me vendió un spray de salbutamol en 40 pesos, porque están a 60 y yo soy jubilada, hace tres meses que no lo puedo comprar en la farmacia y ahora estoy atacada», así se expresa una anciana vecina del Nuevo Vedado, en el capitalino municipio de Plaza de la Revolución.
La crisis de la venta y distribución de medicamentos sostenida desde hace más de dos años, se puede decir que se ha agravado, sobre todo se han disparado los precios de los medicamentos en la bolsa negra.
El espray de salbutamol se lleva las palmas cuadruplicando los precios, pero hay otros como el meprobamato y el clorodiazepoxido muy populares que unas tiras de 10 tabletas pueden llegar a costar hasta 40 en moneda nacional.
La dificultad con los medicamentos comenzó a finales del 2014; en octubre del año pasado funcionarios de BioCubaFarma explicaron que la deficiencia en la distribución se debió a la falta de dinero para pagar los compromisos para la compra de materias primas; así como de algunas medicinas que se adquieren en el exterior.
Cuba tiene patentado más de 1 500 medicamentos que se venden en unos 50 países, la vacuna contra el cáncer de pulmón CIMAvax EGF, se ha convertido en la puntera para la penetración del mercado norteamericano, tras ser aprobados los primeros ensayos clínicos de un producto cubano en Estados Unidos en octubre de 2016.
El mes pasado el Dr. Roberto Morales titular de Salud Pública, se reunió con directivos y trabajadores de las farmacias para tratar los problemas que se presentan en su funcionamiento, trató sobre la erradicación de la corrupción y el mal trato que acaece, pero no se nota mucho avance, aunque en este momento, los dependientes son más propensos a querer localizar –por teléfono- lo recetado por el facultativo en otros municipios. El problema consiste en que cuando la cuenta telefónica de cualquier farmacia rebasa lo estipulado, le rebajan el salario a todos los trabajadores de la misma.
En la fila de una farmacia recién puestos a la venta los medicamentos que llegaron, una señora de nombre Eugenia, comenta que no puede estar tranquila sin tener al menos 10 tiras de sus pastillas, pues a veces se demoran meses en volverlas a traer, añadió que no puedo vivir sin él y que no es revendedora, solo asegura poder tenerlo.
El acaparamiento por parte de la población tanto para la reventa como para “asegurarse” de que tengan en su poder los medicamentos necesario, tanto los adictos como aquellos que padecen de enfermedades crónicas, empeora la situación que ya es grave.
En todo el proceso de rendición de cuenta de los delegados a sus electores, no se conoce que el tema haya sido tratado, ni en los medios de comunicación tampoco.
La Habana, 19 de mayo de 2017