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Responde al semanario oficialista Adelante, el Arzobispo de Camagüey sobre propuesta constitucional de matrimonio homoigualitario

Camagüey 24 de septiembre de 2018

El Arzobispo de Camagüey, Monseñor Wilfredo ¨Willy¨Pino Estévez, hizo pública hoy su opinión sobre la propuesta del proyecto constitucional cubano relativa al matrimonio homoigualitario, dando así expresa respuesta al semanario oficialista Adelante.

En la edición correspondiente al sábado 22 de septiembre de 2018, el semanario Adelante, órgano del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Camagüey, publicó en su página dos, un artículo titulado ¿Un diseño para el amor? Bajo la firma de Zoila Pérez Navarro. En el mismo se reconoce que el artículo 68 del proyecto constitucional parece la “parada obligatoria en los debates” y añade que de las 2 374 reuniones celebradas en la provincia para debatir el proyecto constitucional, “sólo en 32, ninguna intervención se refería al párrafo 192, en el cual se define matrimonio como la unión entre dos personas”. El artículo periodístico en cuestión defiende la propuesta del matrimonio entre dos personas y replica los principales argumentos vertidos por los ciudadanos camagüeyanos que son el temor de las consecuencias de la adopción de menores por parejas homosexuales, así como el trauma de los niños al tener que llamar “mamá” y “papá” a progenitores del mismo sexo, también refuta la preocupación ciudadana por la disminución de la natalidad en Cuba y el aumento de las personas de orientación sexual no heterosexual aparejado a la impunidad de indisciplinas sociales protagonizadas por individuos homosexuales. El propio artículo objeta a la campaña religiosa por “el diseño original de la familia”. Concluye el texto afirmando que “Dar oportunidades a uno no quita a los otros las suyas” y que “la Carta Magna cubana entienda el matrimonio como la unión entre dos personas resulta expresión de la equidad social, de la igualdad de derechos que otros artículos promulgan y que un sistema socialista le debe a los suyos. Nada puede pesar más que esa aspiración de dignidad humana, ley primera nuestra.”

Por su parte Monseñor Willy, sorprendió a sus fieles católicos al concluir la misa solemne ofrecida a Nuestra Señora de La Merced, en el templo dedicado a esta virgen, al ordenar distribuir por los diáconos, 300 hojas impresas con un texto de su autoría, titulado “Mi modesta opinión”.

En el preámbulo de su carta, Monseñor luego de referirse al artículo periodístico del semanario Adelante dice “Por principio me ha gustado que la gente esté expresando libremente sobre el artículo en cuestión y sobre los demás. Creo que, como cristianos, hay muchas cosas más en las que debiéramos dar nuestras opiniones, nuestros acuerdos, desacuerdos y sugerencias. Noto a las personas expresar sin temor sus opiniones sobre temas espinosos: el salario que no alcanza, la posibilidad de que los padres escojan la educación que quisieran para sus hijos, etc. Que opinemos libremente y sin temor a represalias es algo bueno, a pesar de que no tenemos gran conocimiento jurídico. También pienso que una buena parte de los diputados de la Asamblea Nacional no tiene el conocimiento jurídico mencionado. Reitero que no soy especialista en cuestiones jurídicas, pero doy mi opinión”.

A continuación de la proclama, Monseñor comienza a enumerar sus opiniones concretas, de las cuales transcribimos algunas solamente por la extensión de las mismas:

“1- Considero que todo estado, nuestro Estado, debe garantizar y hacer respetar los derechos de todos sus ciudadanos. Y que la Constitución debe ir en esa línea, como ley fundamental que es. Deben tener los mismos derechos blancos y negros, mujeres y hombres, sanos y enfermos, de una religión o de otra, recién nacidos y ancianos, de una provincia o de otra, cultos e incultos, heterosexuales y homosexuales, etc.

2- Hablando de estos últimos, quisiera mencionar algo: Conocí a dos personas del mismo sexo que vivían en una misma casa. Personas mayores que brindaban a todos su respeto y recibían cariño de todos sus vecinos. Nadie tenía quejas de estas personas. Años después de pensar que habían nacido de los mismos padres fue que supe que se trataba no de familiares, sino de “una pareja”. Contada la anécdota, paso ahora a la reflexión: ¿Qué pasará el día en que muera quien tiene la propiedad de la casa donde viven? ¿Cómo queda ante la ley la otra parte que aún vive? Es fácil contestar: Sin protección legal alguna. Y si por casualidad aparece algún familiar de quien murió a reclamar los bienes materiales, dejará sin nada a quien vivió a su lado muchos años. Se llevará hasta los balances de la sala.

3- Es allí donde, según mi humilde opinión, tendría que actuar la Asamblea Nacional y averiguar qué se hace en otros lugares al respecto. Me han dicho que en otros países (Colombia, México, etc.) existe el reconocimiento civil de las “parejas de hecho”. O sea, que las personas de la anécdota contada pueden ir a una instancia jurídica o bufete de abogados y formalizar su unión ante la ley. Y con ello, ya las personas homosexuales no quedarán desprotegidas. Incluso leí que en toda la Unión Europea se reconocen una serie de derechos aún en caso de que la pareja no se haya registrado ante ninguna administración.

4- Claro está, en los países mencionados, a estas uniones no se les llama “matrimonio” sino “parejas de hecho” que no es lo mismo. El matrimonio se mantiene definido como la unión de un hombre y una mujer, mientras que las “parejas de hecho” son las uniones entre dos personas del mismo sexo.

5- Ojalá que para nuestra futura constitución, no se modifique la definición actual de matrimonio sino que se estudie la posibilidad de implementar en ella las “parejas de hecho”. Así se respetarían los derechos de todos.

6- Como cubano y católico, no puedo olvidar aquel sabio consejo que nos dejó, en su visita a Cuba, el hoy Papa Santo, San Juan Pablo II: “Cuba, cuida a tus familias para que conserves santo tu corazón”. Lo cierto es que, lamentablemente, llevamos tiempo en Cuba atacando la familia: Cuba fue el primer país de América Latina en aprobar la ley del divorcio, que entró en vigor en julio de 1918 (hace exactamente 100 años). El aborto, por su parte, es legal en Cuba desde 1936. ahora se pretende cambiar el concepto de matrimonio…

11- Por último, considero que cada uno de nosotros, los cubanos, debemos expresar nuestra opinión en lo que se está debatiendo. Y cuando llegue el día de la votación, votar SI o NO según le dicte su propia conciencia.

Hasta aquí la extensa cita del texto de monseñor Willy Pino. Seguiremos atentamente las reacciones del pueblo camagüeyano y si hay contra-réplica por parte del semanario Adelante o de las autoridades partidistas del territorio ante este llamado de la curia católica.

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