Entre los jóvenes cubanos de las últimas generaciones, se ha podido observar el desarrollo de adicciones en verdad devastadoras. En varias emisiones del Noticiero Nacional de Televisión en su horario estelar de las ocho de la noche, se ha tratado el tema de las adiciones a la droga y el consumo de alcohol y tabaco.
Una psiquiatra de un hospital habanero explicaba sobre el caso de un joven en particular: “Estuvo en terapia intensiva muchos días, de hecho pensamos que no se iba a salvar. Él combinó anestésico para animales con otras sustancias, lo doloroso es que se graduó recientemente de enfermero. Es por eso que a mis hijos los vigilo constantemente, tengo mucho miedo a la drogadicción entre los jóvenes”.
Por su parte otro joven declaró: “Nosotros jugamos tanto en la casa de algún amigo, en los “Joven Club” o en cualquier lugar, lo mismo en computadoras que a la bolita, algunos también juegan billar”.
Las peleas de perros y gallos pueden entrar también en estas -no tan nuevas adicciones- al juego dentro de la población cubana, aunque las palmas se las lleva precisamente la bolita, que en estos momentos el régimen se hace la vista gorda con ella.
La ludopatía es un trastorno adictivo, porque la persona se ve obligada, por una urgencia incontrolable a jugar y apostar, de forma persistente y progresiva; por lo que afecta de manera negativa la vida personal, familiar y social; pero no es el único, la adicción al sexo es otro de los problemas que enfrenta tanto la familia como el sistema de educación del país.
Tres jóvenes varones sobre los 15 años de edad, acerca del sexo explicaban: “no le hacemos daño a nadie con eso”.
En horas de estudio se pueden observar -en calles populosas de La Habana- jóvenes y niños tanto en uniforme como en ropa civil sin estar acompañados de padres u otros familiares sin la interferencia de policías u otras autoridades.
Quizás ahora que el fenómeno de las adicciones ha tomado magnitud, el gobierno se ha decidido a hacerlo público, habrá que hacer que la combinación de padre autoridades y educadores logren atenuarlo; pero no será tan fácil eliminarlo.
Hay que recordar que el régimen decía que estos eran vicios de la sociedad burguesa, al parecer -desde el punto de vista social- la desesperación y la falta de un proyecto para el futuro que es incierto, acompañado de una crisis económica que dura más de 3 décadas, es lo que ha llevado a tantos jóvenes y otros no tan jóvenes a la embriaguez y el juego. No obstante, Raúl Castro en la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada el pasado mes de enero, declaró que el tráfico y consumo de drogas no era un problema en Cuba.