El sonido del mundo de los negocios privados en Cuba

Manuela, es una anciana vecina del municipio Plaza de la Revolución, nos cuenta que entre la música de los violines, y otros instrumentos musicales de la academia que está  al lado de su casa, más los martillazos  y el ruido del torno del taller del artesano del tercer piso, a lo que hay que sumar los vendedores callejeros pregonando, y los gritos de los vendedores pregonando,  ha tomado pastillas hasta con ron, sino se ha muerto es de milagro de Dios. Explica que nadie la escucha que no tiene donde quejarse, ya pasó según plantea de la desesperación a la locura, dijo textualmente: “Todos vamos a morir por el insomnio en este edificio”.

La contaminación ambiental, las violaciones fiscales y los precios hacen que las ganancias que deben dejar los a los emprendedores exitosos se conviertan en un verdadero infierno para otros.

Cuanto más se desarrolla el mundo de los negocios privados en la Isla mayores violaciones hay de las leyes que tratan de preservar el medio ambiente. En general el premio de la contaminación se lo llevan los taxis privados ruteros, conocidos como “almendrones”, por la humacera y el ruido que provocan, pero según las licencias que expide el Ministerio del Interior, cuando los vehículos pasan por un aparato conocido como “somatón” están en perfectas condiciones para circular.

Talleres de carpintería y artesanía, instalados en los pisos altos de edificios de vivienda, hacen que la vida de los convivientes sea infernal.

Academias de música, baile, bares, cantinas y discotecas, autorizadas a operar en lugares densamente poblados, hacen dudar que existan leyes que regulen el ambiente;  aunque de todos es bien conocido que los muchos inspectores cubanos se caracterizan por tener mala audición y  visión, pero los bolsillos muy largos.

Con independencia de la desobediencia ciudadana y las indisciplinas sociales, existe un organismo que decide si una actividad es dañina al medio ambiente: el Instituto de Planificación Física; pero además en la expedición de las licencias para poder desarrollar algunas de las actividades por cuenta propia, intervienen los distintos niveles de higiene y epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

Hay otra arista de este problema que es el vertimiento  de desechos sólidos en la vía pública,  como subproducto de los negocios, que usan los latones de basura destinados a la población.

Si bien los negocios privados en estos momentos está prestando servicios y dan su aporte al país, la contaminación ambiental no es un buen aliado para que se vea lo necesario que son.

Hasta la ofensiva revolucionaria del año 1968 cuando todos los negocios privados pasaron a propiedad estatal, existían miles de pequeñas, medianas y grandes empresas en locales construidos al efecto, un ejemplo de ello fue La Habana, capital de todos los cubanos, donde de forma general la planta baja de los edificios de apartamentos tenia destinado locales para poner estos establecimientos.

La Habana, 19 de mayo de 2017

 

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